El moho es un hongo que se encuentra tanto al aire libre como en lugares húmedos y con baja luminosidad. Existen muchas especies de mohos que son especies microscópicas del reino Fungi, que crecen en formas de filamentos pluricelulares o unicelulares.
Por lo general, el moho no es un problema en el interior, a menos que las esporas del moho caigan en un lugar húmedo y comiencen a desarrollarse. El moho tiene el potencial de causar problemas de salud. Produce alérgenos (sustancias que pueden causar reacciones alérgicas) e irritantes. Inhalar o tocar el moho o las esporas del moho puede provocar reacciones alérgicas en individuos sensibles. Las respuestas alérgicas incluyen síntomas de rinitis alérgica, como estornudos, goteo nasal, ojos rojos y erupción cutánea.
Las reacciones alérgicas al moho son comunes. Pueden ser inmediatas o tardías. Además, la exposición al moho puede irritar los ojos, la piel, la nariz, la garganta y los pulmones tanto de las personas alérgicas al moho como de las que no lo son. Comúnmente, no se informan síntomas que no sean los tipos alérgicos e irritantes como resultado de inhalar moho. La investigación sobre los efectos para la salud y el moho es continua.
Limpieza básica del moho
- La clave para controlar el moho es el control de la humedad.
- Es importante secar los elementos y las áreas dañadas por el agua en el plazo de 24 a 48 horas para evitar la proliferación del moho.
- Si el moho es un problema en su hogar, límpielo y deshágase del exceso de agua o humedad.
- Repare las goteras en las tuberías u otras fuentes de agua.
Fuente: Agencia de Protección Ambiental (EPA)
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